Después de unos meses de espera, finalmente salió a la luz el resultado de la última "batalla" de la guerra mundial de cajas de botín, que estaba teniendo lugar en Australia. El Senado del país estaba impulsando una investigación ampliada sobre la industria de los videojuegos y la cuestión de la posible influencia maliciosa de las cajas de botín en los jugadores, y la publicación del informe se había retrasado desde septiembre, ya que se seguían recopilando nuevos elementos.
Al final, el informe de la comisión encargada de su elaboración solo pide al gobierno un análisis amplio del fenómeno de los loot boxes, involucrando a diversas agencias y organismos reguladores del estado federal australiano. Las medidas inmediatas no se han alineado, y por ahora se seguirán pocas recomendaciones concretas, si es que alguna.
El problema de la caja de botín
El polémico -y político- tema de la industria del juego, del que venimos hablando desde Techlifers desde hace tiempo, no ha "pegado" a las autoridades nacionales y ni siquiera a los medios españoles y mucho menos a la opinión pública. El problema surgió gradualmente durante la segunda mitad de 2017, con varias críticas a las características de juegos de gran éxito como "Overwatch" y "Star Wars: Battlefront II", luego de que surgieran informes de que algunos jugadores estaban gastando miles de dólares. En noviembre de 2017, las autoridades belgas dijeron que el concepto de caja de botín debería prohibirse en toda la Unión Europea, y nadie tuvo ninguna duda de que los políticos y los medios de comunicación hablaban en serio.
La caja de botín es una característica de monetización del juego que funciona de manera muy similar a una máquina tragamonedas virtual. El jugador realiza un pequeño pago (la microtransacción) y arriesga la posibilidad de obtener un elemento adicional para progresar más fácilmente en su juego, o por razones puramente estéticas. Si la caja de botín no le da premio, puede hacer un nuevo pago y arriesgarse de nuevo.
Las probabilidades de obtener un premio están definidas por un software GNA (generador de números aleatorios) con una "cuota" definida por el desarrollador del videojuego, similar a las máquinas tragamonedas que se encuentran en las plataformas de casino en línea como el casino Betsson. Pero si los casinos online no permiten el acceso a menores de edad y anuncian claramente cómo funciona su juego, en los videojuegos todo es mucho más discreto y confuso. Los jugadores no tienen la sensación de estar jugando como si estuvieran en un casino, porque en realidad no es así. Pero si funciona de la misma manera, ¿no debería considerarse?
controversia internacional
Los medios de comunicación y las autoridades de varios países se han pronunciado durante el último año. El foco del combate está en Europa, América del Norte y Australia, países que combinan una fuerte cultura de juego junto con fuertes instituciones democráticas y crítica reflexiva también. Bélgica incluso terminó clasificando las cajas de botín como una forma de juego y prohibió a los desarrolladores ofrecer esta funcionalidad en su mercado. En los Estados Unidos, un representante de Hawái lanzó un proyecto de ley contra las cajas de botín, y más recientemente se informó que las autoridades de juego de 15 países europeos y el estado estadounidense de Washington están trabajando juntos para definir una posición común sobre las cajas de botín.
Las protestas del senador Steele-John
El senador Jordon Steele-John, quien dirigió la investigación, protestó por los hallazgos. También según Stevivor, Steele-John afirmó que "muchas cajas de botín utilizan los mismos mecanismos psicológicos que se usan en otras formas de juego, como las tasas de aumento de uso o la disponibilidad permanente". Más importante aún, el senador señaló que el informe omite o va en contra de las conclusiones que la propia investigación permitió sacar. Según Steele-John, la investigación se refirió directamente a las similitudes entre el funcionamiento de las cajas de botín y los diferentes tipos de juegos de casino, proporcionando una clara evidencia de esta similitud, pero nada de esto fue mencionado en el informe.
Jordan Steele-John es un político no vulgar. Varias veces mencionado en los medios australianos en artículos sobre este tema, está a la vanguardia de la lucha contra las cajas de botín y los desarrolladores. Con solo 24 años, es el senador más joven de Australia. Su interés por la política está en parte ligado a su condición física: sufre una especie de parálisis cerebral que lo obliga a moverse en silla de ruedas y es un defensor de los derechos de las personas con discapacidad.
No se quedó ahí, ni se asume como un político de causa única. Sin embargo, es un hecho que su particular interés por los temas de juego también está relacionado con sus factores personales, principalmente su edad. En una entrevista con el diario australiano ABC, mencionó que la gran mayoría de sus compañeros senadores, mucho mayores que él, simplemente no están prestando suficiente atención al tema de los juegos, debido a la brecha generacional.
¿Esperaría que los políticos se interesaran por todos los temas que afectan a la sociedad? Sí, pero siguen siendo representantes de su electorado, incluso en una democracia sólida y avanzada como Australia. Siendo el juego la revolución social que ha sido en la última década, quizás sea comprensible que los políticos con carreras activas no presten atención a este tema. Steele-John, nacido en 1994, lo dijo todo cuando le dijo a ABC que sus compañeros piensan que los juegos "se detuvieron en la época de Pacman".
Steele-John terminó su discurso haciendo acusaciones más serias, acusando a sus oponentes en el Senado de estar "vendidos" a los intereses de los desarrolladores y la industria del juego en general.
