Un obstáculo importante que hizo que encontrar un gamepad confiable fuera más difícil de usar con su teléfono inteligente fue en el momento en que Android 10 e iOS 13 agregaron soporte nativo para los controladores DualSchok 4 y Xbox One. Aun así, Razer decidió intentar ofrecer una forma más cómoda de jugar en el móvil. Luego vino el controlador llamado Kishi, un accesorio que cuesta US$80 fabricado por Razer en asociación con Gamevice.
El Razer Kishi es un mando compacto que se divide en dos partes, algo similar a lo que tenemos en los Joy-con de Nintendo Switch. La conexión al dispositivo se realiza a través de un conector USB-C que se conecta al otro lado mediante un cable.
El gamepad de Razer es compatible con los teléfonos inteligentes Razer, Google Pixel 2 y posteriores, Galaxy S8 y posteriores (aparte del S20 Ultra) y Samsung Galaxy Note 8 y posteriores. Se admiten otros teléfonos, pero necesitará Android 8 o superior, un puerto USB-C ubicado en el centro y dimensiones que no superen los 78,1 mm x 163,7 mm x 8,8 mm.
El punto fuerte del Razer Kishi es el hecho de que el USB-C carga la batería del dispositivo mientras juegas, sin necesidad de cargar el gamepad por separado. Además, hay una latencia más baja debido al tipo de conexión en comparación con el Bluetooth que usan otros controladores. Dependiendo del juego, Kishi puede tener una jugabilidad más rápida en comparación con el controlador de Xbox One.
Sin embargo, el Kishi tiene desventajas, como la falta de entrada para auriculares con cable y la transmisión de audio a través de Bluetooth que tiene retrasos debido a la alta latencia. Además, no podemos ignorar el hecho de que el dispositivo Razer agota rápidamente la batería del teléfono inteligente cuando juega un juego.
En cuanto al posicionamiento de los controles de Kishi, se nota que no hay un posicionamiento tan bueno como en el DualShock 4 o el controlador de Xbox One.
Razer planea lanzar Kishi para iPhone pronto.
