Varias empresas tecnológicas, luego de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos, anunciaron inversiones en la construcción de fábricas en el país debido a la política proteccionista adoptada por el mandatario.
Apple fue la primera en adoptar la posición, poco después Samsung anunció una inversión de US$ 300 millones en la construcción de una fábrica en Carolina del Sur, que ya está en funcionamiento este mes.
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Samsung, ahora, con la apertura de su nueva unidad inminente, recibió una petición de Whirlpool en la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos con la sugerencia de que el país cobre un impuesto del 50% a las máquinas producidas por Samsung.
Luego, Samsung envió una solicitud al gobierno de los EE. UU. en la que afirma que cualquier tarifa cobrada en este momento podría descarrilar la creación de empleo en Carolina del Sur.
Además, la surcoreana dice que todavía necesita importar algunas piezas del extranjero y con eso, un impuesto más alto podría afectar a la fábrica y al mercado estadounidense. Samsung también emitió una nota reafirmando su compromiso con el país.
“Esperamos que la Administración reconozca el compromiso da Samsung con la fabricación de productos en los EE. UU. y ayúdenos a proteger los casi 1.000 empleos adicionales que estamos trayendo al país", dijo Samsung.
El gobierno de los Estados Unidos aún no ha comentado sobre el incidente.
