Intel siempre se ha mantenido como el fabricante de chips más grande del mundo, sin embargo, recientemente Samsung tomó la delantera e interrumpió los 24 años de éxito de la competencia. La surcoreana logró crecer gracias a su producción de artículos para smartphones, que terminan vendiendo más que computadoras.
En septiembre del año pasado, el Korea Times publicó cifras de la consultora japonesa Nomura Securities, en las que señalaba que Samsung tuvo ingresos por US$ 15,1 millones por venta de chips en el segundo trimestre de 2017, con UR$ 14,4 millones. En relación al resto del año, el coreano también acabó destacando.
Sin embargo, las firmas de investigación IHS y Gartner informan que la prevalencia de Samsung puede terminar siendo pequeña, ya que este año el mercado de chips debería terminar sufriendo una caída en los precios de los procesadores móviles y las unidades de memoria y esto se traduciría en una nueva ventaja para Intel. La razón de esto es el dominio de la empresa en el mercado de soluciones para PC y servidores, lo que termina beneficiando directamente a Intel, ya que la venta de notebooks y PC actualmente está en aumento.
Los chinos también están presentes con empresas locales, que están invirtiendo en el mercado de teléfonos inteligentes mediante la producción de procesadores y otros componentes. Este problema debería interponerse en el camino de Samsung, que puede verse obligado a bajar los precios debido a la competencia.
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Según el analista de Gartner Andrew Norwood, la empresa coreana terminará perdiendo su lugar en el ranking debido al crecimiento de los chinos dentro del mercado de chips, ya que sus ingresos podrían terminar perdiendo ganancias.
Incluso cuando los analistas advirtieron que Samsung debería tener cuidado con los avances chinos, la compañía dijo que los fabricantes locales no eran una amenaza. La coreana también pasó por un episodio en el que pidió disculpas a sus accionistas por su peor desempeño en China.
