Android, como ya sabemos, es un sistema muy fragmentado, ya que está presente en miles de teléfonos inteligentes producidos por varios fabricantes.
Por esta razón, todas y cada una de las actualizaciones de los dispositivos que dependen del sistema de código abierto deben pasar por dos pasos, en general. El primero está asociado a la disponibilidad oficial (que puede ser seguridad, o recursos, así como una nueva versión).
El segundo es la adaptación al hardware de los smartphones de estas empresas. Los únicos que no tienen que pasar por esos pasos son los teléfonos de la línea Pixel, como el Pixel 2 y el Pixel XL, que pertenecen a Google, además de los participantes del programa Android One, como la variante Project Fi del Moto. X4.
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La novedad es que todo este sistema se puede cambiar. Google, consciente de que todo este recorrido suele llevar bastante tiempo, debería empezar a permitir que se implementen las correcciones del sistema antes que las específicas de las empresas.
De esta forma, el sistema sufriría dos tipos de actualizaciones de seguridad: del propio sistema por parte de Google, y del fabricante, que podrían llegar a los smartphones en distintos momentos.
Cabe mencionar que Google aún no se ha pronunciado sobre el tema. La supuesta separación de las correcciones de seguridad provino de la lectura de un fragmento de código fuente puro de Android que estuvo disponible el martes (10).
